Homenaje a MONICA ZURETTI referente en el Psicodrama, amiga y profesora.

psicodrama mayo2024El número 78 de la publicación de la Asociación Española de Psicodrama le dedica la portada y algunos artículos en los que he participado a la memoria de Monica Zuretti, un referente en el Psicodrama, amiga y profesora.

“Tenía alma de chamana con experiencia, hechicera y bruja sanadora. Acompañaba bien el sufrimiento ajeno, con ese saber viejo de un conocimiento con causa, por los dolores propios vividos. Era una persona que sentías que te veía. Paciente y profunda en la escucha y con respuestas sencillas”.

Os dejo el relato completo que se publicó en la revista, a la que podéis acceder de forma libre en pdf: aquí

Los relatos y más in memorian son aproximaciones a la realidad, retazos de recuerdos, acaso emociones transformadas a lo largo de 40 años y reescritas en nuestro itinerario de vida, como un modo de hacernos más amable el devenir cotidiano hasta la muerte. No sé si voy a escribir de ella o de mí.

Monica estudió medicina en la Universidad de Buenos Aires, conoció a Moreno y a Zerka en Argentina, haciendo de traductora en una conferencia de ellos y posteriormente le invitaron a ir a Beacon con una beca; lo cual le sorprendió e ilusiono. No lo pensó mucho, dejó a los hijos y al marido del que estaba separándose y se marchó por varios meses a vivir y estudiar psicodrama. La experiencia la cambio y lo relata en un texto: “Mis días en Beacon, el descubrimiento de otras dimensiones”.

A Monica, la experiencia en Beacon con Jacob y Zerka en el Moreno Institute en Beacon New York, en el valle del Hudson la transformaron profundamente al “entender que la vida y el psicodrama se complementaban, no era posible actuar profesionalmente de un modo y vivir de modo diferente”. Regreso a Buenos Aires con El título de directora de Psicodrama en 1969, y fue la primera latinoamericana en graduarse con Moreno.

Ella decía que con el tiempo comprendió de energías y secretos, que en aquel teatro como tantos otros lugares sagrados, llevaba grabado en sus paredes, en cada una de sus maderas las escenas que habían pasado por él.

Solía comentar el ritual al comenzar las sesiones: “Con la ternura que muchas veces expresa Zerka en el trato con su gente solía colocar un bolso lleno de golosinas allí en el medio del teatro que se transformaba”. Nadie comía mientras trabajaban.

En la última videoconferencia con Monica, le  pedí información para hablar de Zerka en el congreso de la AEP de Haro, sobre cómo era la relación de pareja entre Moreno y Zerka. Estuvo evasiva. Me dijo Zerka era muy buena, y se emocionó al recordar que se sentaban las dos al finalizar las sesiones de psicodramas en la tarima del teatro en silencio a compartir  un bocadillo de azúcar. Eran su momento de intimidad.

Monica fue importante en mi desarrollo profesional de mis primeros años, una maestra de referencia. La conocí en Bilbao como docente en la formación del Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco sobre Psicoterapia de grupo en Instituciones Públicas  en los inicios de los años 80 del siglo pasado. Entonces yo, y también ella éramos jóvenes. Venia cada 3 o 4 meses a trabajar  una semana, y nos formaba en psicodrama moreniano, con teoría y trabajo vivencial de terapia y entrenamiento, en un formato residencial en el hospital psiquiátrico de Zamudio. Posteriormente alargaba sus viajes por Europa realizando formación en Italia, y Suecia.

Nosotros éramos un grupo de profesionales sanitarios de la salud pública heterogéneo, médicos, psicólogos, psiquiatras y enfermeras. Teníamos de referencia el modelo clásico hospitalario o psicoanalítico, y bastantes dificultades para poner el cuerpo en escena delante del grupo. Ella tomo con calma nuestras resistencias A mí me conquisto esa paciencia de no esperar hacer, sino estar con lo que había, y el modo de proponer, acompañar y distender. Me daba confianza. Como ella decía psicodrama se aprende haciendo psicodrama.

Yo tenía importantes responsabilidades como director de un centro, con poca experiencia profesional, mucho atrevimiento, tenacidad y gran inconsciencia, que años después me he dado cuenta que tapaban el miedo a la tremenda aventura que fue la primera comunidad terapéutica en el país Vasco en plena ebullición de los años 80 del consumo de heroína. Su dinamismo y entusiasmo me contagio, y la convencí para que posterior a la docencia trabajara con el grupo de pacientes y profesionales en la Comunidad Terapéutica Haize-Gain. Eran años donde se estaba realizando una transformación del modelo asistencial tradicional de beneficencia a otro más profesional. Nos ayudó mucho con su experiencia en grupos, para darle una vuelta a una estructura rígida por otra más flexible y humana.

Cuando le solicitaba una interpretación de que veía en el grupo o al equipo, me solía contestar con otra pregunta:

Pero vos como os sentís. Hacer caso de vuestra contratransferencia, del tele “la percepción correcta del otro que incluye la percepción que el otro tiene de mi “.

 

Tened confianza en vos. Escucha de dentro, no el ruido de fuera, ni de tu cabeza.

 

Déjate de teorías y libros. Mirate pa dentro Gabi, que sentís, o mejor, déjate de tonterías y control, que intuís, a donde va tu locura, tu disociación, vete, vete un rato a dar una vuelta por el monte (trabajábamos en un lugar idílico en la montaña) y volvé.

 

Tenía alma de chamana con experiencia, hechicera y bruja sanadora. Acompañaba bien el sufrimiento ajeno, con  ese saber viejo de un conocimiento con causa, por los  dolores propios vividos. Era una persona que sentías que te veía. Paciente y profunda en la escucha y con respuestas sencillas. Con sus claroscuros en el alma, divertida, jovial, profunda, distendida, alegre. Otras veces, evasiva, huidiza del negro y de la depresión. Podía elevar la voz, enfadarse, su “basta ya; y al rato poner esa sonrisa de niña buena que te desarmaba.

Cuando trabajaba hacia magia. Comenzaba sencillo. A lo largo de su carrera profesional el encuadre fue haciéndose menos estricto, y más espontáneo. Te decías qué va hacer. Podía tomar unas madejas de colores y empezaba a jugar con los participantes e ir trenzando vínculos hacia el inconsciente muy despacio. No hay camino cierto, solo sombras, susurros, intuiciones y dejarse ir. Perderse de una escena a otra, encadenando historias hasta “el momentum”.

Hay un momento de nacimiento decía: El Momentum, un espacio tiempo continente escondido en los secretos de cualquier historia traumática o dolorosa y saber que la posibilidad de sanar se encuentra en aquellos instantes de contacto por más pequeños que sean. Era una clave en la profundidad del psicodrama de Monica.

A veces pensaba cuando acompañaba a Monica en psicodrama, se le ha ido la olla. Y de pronto, retomaba una escena pasada, hilaba un camino y Uauhhh, te sorprendía, trabajando hasta llegar el útero y la matriz genética, como ella lo llamaba. Ese momento antes del nacimiento. Iluminando lo inter subjetivo, movía potentes emociones. Como se lloraba en sus sesiones.

Otro momento especial para muchos de nosotros, que fuimos de España a Argentina, es el  Congreso de Buenos Aires de Psicoterapia de grupo IAGP 1995. Entonces ella era Vicepresidenta de la IAGP, y lo organizaba, animando a la presidencia de su “hermano” Roberto de Inocencio posteriormente. Un día, después del Congreso, hubo una fiesta en su casa que parecía la película del guateque, con su familia, alumnos, amigos y colegas de todo el mundo. Éramos una multitud, bebiendo, cantando y comiendo. Conocer a Monica en su salsa rodeada de cariño y esplendor era memorable.

Su abuelo fue un referente para ella, médico, iniciador de la homeopatía en argentina, y luego Moreno fue su otro padre, del que sentía que la iluminaba, y acompañaba iniciando caminos nuevos para crear a través de la acción de los pequeños grupos, una cosmología grupal universal, afín a la cosmovisión moreniana. Ubicaba al psicodrama en la posición de cualquier movimiento revolucionario que confía en el grupo pequeño para lograr un cambio.

Los bandos y las peleas entre los psicodramatistas que habían acontecido entre 1969 entre Buenos Aires, Brasil posteriormente Japón hasta Cattolica en 1987; le habían afectado y entristecido mucho, sentía una responsabilidad por ello, e instaba a los jóvenes colegas a no cometer los mismos errores, y tratarse con respeto entre las diferentes orientaciones y escuelas. Años difíciles antes y posteriores a la muerte de Moreno en 1974.

En sus últimos años tejía vínculos interculturales para conectarse y perseguía la paz a través de un encuentro profundo entre las personas. Programando círculos on–line psicodramáticos a través del mundo con colegas y personas interesadas.

La docencia en la UBA de Buenos Aires en los cursos de posgrado en psicodrama, y las experiencias de SocioPsicodrama con las ballenas, son algunas de sus actividades que le acompañaron hasta el final de sus días.

Quisiera recordarle el regalo que le hizo tu padre en el momento de su partida. “Solo cuando uno está en paz con todos los vínculos de su vida se pueden realizar cambios cualitativos, como la muerte, con alegría.»

Querida Monica Gracias.

Deseo despedirme de ti. Aunque lo mismo vos me echas la bronca y dices como tu hijo Fernan “déjate de pendejadas y no seas tan solemne, no es necesario”.

Ah, y recordaré lo que nos decías  “La profundidad del encuentro pasa por el corazón”.

Notas:

En el texto hay palabras de ella entrecomilladas de los siguientes textos de Monica:

– Mis días en Beacon, el descubrimiento de otras dimensiones (facsímil).

– El hombre en los grupos. Sociopsicodrama. Editorial Lumen, 1995.

– El Psicodrama. Aporte a una teoría de los roles. Sauri. Menagazzo. Zuretti. Noseda de Bustos. Severino. Proyecto cinae, 1982.

 

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